jueves, 27 de febrero de 2014

The Flying Karpets - Flying Karpet (1968)



A juzgar por las apariencias, eran unos pijos. Dicen que eran gringos, pero no me consta y ese ingles me hace tener muchas dudas. De lo que no tengo ninguna desconfianza, es del buen gusto que tenían a la hora de escoger sus canciones y esa tapa que se encuentra entre lo mejor de arte psicodelico mexicano ( si es que eso existe); ya la forma en que interpretaban es otro pex.

 Tempos lentos y tripys, voces calmadas, tramos exóticos, amaneceres luminosos, noches románticas, imaginería natural. Buenas intenciones las hay, pero el conjunto no destaca precisamente por su música.

Empieza con la versión a "San Francisco Nights" y la cosa va lenta, el cantante me recuerda a Bill Murray cantando en un karaoke. En "White Rabbit" la cosa promete; el bajo y la batería suenan bien, enseguida se suma una clásica guitarra española que beneficia mucho, el arreglo es simple pero directo, si embargo, ¡oh desilusión ! el cantante no se encuentra a la altura, incluso desafina; pienso entonces, que no hacia falta vocalista y un arreglo adecuado hubiera hecho una canción instrumental disfrutable, al estilo de lo que hacia la Fresa Acida. "Gimme a Little Sign" hace que se la dediquemos: denos una señal, tan solo una!. En cambio en "Winter Song" el repique guitarrero al estilo McGuinn es formidable. "La Felicidad" es Dream pop sesentero, una de las mas bellas melodías jamas escritas en México, embellecida por una bonita letra. En "Behind A Young Girl Smile" desconcierta un poco la voz, aunque es capaz de sobrevivir a su propia interpretación, probablemente gracias a la melodía exquisita que los acompaña con hermosos arreglos de viento de ecos desérticos (ya decía que el nombre no era de a gratis) y lisergico órgano. Se despiden con "That Girl Don't Say Much" mas rockero, tan emocionados están, que se oye un estornudo o algo parecido.

Por algunos misterios de la vida, este disco me gusta mas, cada vez que lo escucho. Ese desequilibro sumado al descaro de grabar con los escasos medios con que contaban, hace que suene autentico. ¿Garage? Tal vez; pero aquí no hay gritos salvajes, todo es delicado; el pedal de fuzz no esta reventado a pisotones, mas bien, es acariciado; no hay saturación de nada, bueno si: de hippismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario